Los corazones rotos, por desgracia, abundan mucho en la sociedad y es que, cada vez, es más difícil ver relaciones en las que hay sacrificio por las dos partes y ver que unos se adaptan a otros. Esto hace que las relaciones se inicien con mucha chispa, pero que estas vayan degenerando a medida que pasan los meses. Cada relación rota deja un corazón roto. Y, con un corazón roto, es complicado seguir con la misma rutina de cada día, vivir la vida y abrirnos más al amor. Por ello, os queremos hablar de un ritual que merece mucho la pena y que os hará sentir de maravilla desde el primer momento. Este es el ritual para curar un corazón roto. Os contamos cuanto debéis saber de él.
Consideraciones para el ritual para curar un corazón roto
Como indicamos en su título, este ritual se puede llevar a cabo solo en los meses de verano. Momento en el que más relaciones se forman, pero en el que más se rompen pasados unos días o unas semanas. Hay otros rituales similares que podremos usar para otros meses, pero en este caso, nos centramos en los meses de verano.
El ritual se puede hacer durante cualquier hora del día.
Materiales para el ritual para curar un corazón roto
Los materiales que vais a necesitar para llevar a cabo este ritual son:
- Una urna en la que se puedan quemar papeles
- Una foto vuestra y una de la persona que era vuestra pareja
- Incienso de rosas
- Aceite de lavanda
- Aceite de la paz
- Dos quemadores para los aceites
- Un quemador para el incienso
- Una vela de color blanco y una vela de color rojo
Pasos para el ritual para curar un corazón roto
El primer paso que debéis dar para llevar a cabo este ritual es el escoger un sitio adecuado para hacerlo. El mejor de ellos será este sitio en el que pasamos mucho tiempo. Nuestra habitación, por ejemplo, es uno de los mejores.
Nos colocaremos en ella y empezaremos por prender las velas. Es importante que las pongamos delante nuestro y una al lado de la otra. El orden por color es indiferente. Las prendemos y, con el mismo fuego de estas velas, debemos prender las que alimentarán el quemador de aceite y el incienso.
Cuando ya lo tengamos todo preparado, vamos a coger las dos fotos. En este momento, es importante que nos concentremos bien y pensemos en los buenos momentos que hemos pasado con esta persona. Acto seguido, deberemos rezar una oración pidiendo que se cure nuestro dolor y asumamos esta pérdida como una pérdida corriente en la vida.
Una vez hayamos finalizado con nuestra oración, deberemos prender las dos fotos. Nuestra foto, la debemos prender con la llama de la vela roja. La foto de la otra persona, se debe prender con la llama de la vela blanca. Y, acto seguido, las ponemos en la urna para que quemen completamente.
Cuando ya se hayan quemado, deberemos poner las cenizas del incienso dentro de la misma urna. Luego, pondremos un poco de cerca de las dos velas y la taparemos. Debemos colocar la urna en un sitio visible de la habitación y dejarla unos tres meses. Pasado este tiempo, podremos enterrar los restos que queden en ella.